sábado, 14 de mayo de 2011

Robots y humanos hacen música juntos en orquesta estudiantil

 VALENCIA, California, EE.UU. (AP) — Se ha visto a robots desarmar bombas, ayudar a descontaminar usinas nucleares e incluso aspirar el polvo en la sala sin chocar con los muebles ni derribar jarrones.
En cambio, no se los había visto tocar música en una orquesta junto a seres humanos. Atacar un solo de 12 compases sigue siendo privativo de la gente.
Salvo en el Instituto de California de las Artes, donde MahaDeviBot, GlockenBot, BreakBot y sus ciberamigos tocan música con los estudiantes de las clases de música y teatro de esta pequeña institución privada.
“La interacción entre humanos y máquinas supera por mucho la de una persona que programa al robot y oprime el botón de ‘play”’
Durante meses, una decena de músicos humanos e igual número de robots ensayaron para un concierto que debían brindar el jueves por la noche en el Teatro Modular Walt Disney del instituto.
“Es como una relación simbiótica entre seres humanos y máquinas”, dijo Ajay Kapur, un músico con doctorado en ingeniería eléctrica que dirige el programa de tecnología musical en la escuela, uno de cuyos fundadores fue Walt Disney. “La interacción entre humanos y máquinas supera por mucho la de una persona que programa al robot y oprime el botón de ‘play”’.
Mientras hablaba, estudiantes y robots se preparaban frenéticamente para el concierto. Tammy, un robot que toca la marimba, agitaba con fuerza sus campanas al ritmo veloz impuesto por dos percusionistas, NotomotoN y BreakBot. Las piezas eran una fusión melódica de jazz, hip hop, electrónica y música global compuesta por Kapur y los estudiantes.
El concierto fue producto de cuatro años de trabajo, a partir del día que Kapur, que toca jazz con el sitar, llegó a la escuela situada en las pintorescas lomas al norte de Los Ángeles. Venía con una misión: crear una orquesta en regla integrada por seres humanos y robots en igual número, en la que músicos profesionales manipularían y entrenarían a las
máquinas.
“No queremos reemplazar al ser humano. Queremos acentuar la capacidad del ser humano con esta tecnología escénica”.
Kapur y Michael Darling, director del programa de arte dramática, reclutaron a los músicos del propio instituto y recolectaron toda clase de material de desecho para fabricar los robots. Luego llenaron los pequeños cerebros de las máquinas con software de código abierto que les permite leer composiciones programadas y ejecutar partituras.
Y con todo eso crearon, damas y caballeros, la KarmetiK Machine Orchestra (karma y cinética en inglés).
Para Kapur y Darling, es apenas el comienzo.
El año próximo esperan crear una obra musical ambientada en Mumbai, India, en el año 2050. Los robots serán los amos y la gente tocará música electrónica.
Para dentro de 10 años, Kapur espera que la orquesta sea capaz de relatar musicalmente los poemas épicos Mahabharata y Ramayana, la Ilíada y la Odisea de la India.
Con todo, no tiene la menor intención de que los robots hagan su propio show.
“No queremos llegar tan lejos”, dijo Kapur, y añadió que por esa misma razón sus robots no tienen aspecto humano.
“No queremos humanoides, eso es ir demasiado lejos”, dijo. “No queremos reemplazar al ser humano. Queremos acentuar la capacidad del ser humano con esta tecnología escénica”.

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